La artrosis de rodilla es una condición altamente prevalente en la población en general. A pesar de estar relacionada normalmente con el proceso natural de envejecer existen factores de riesgo que pueden acelerar su aparición y desarrollo.
Son muchas las preguntas que subyacen con respecto a la artrosis de rodilla, pero teniendo presente que ni el Papa Francisco puede eludirla, vamos a tratar de responderlas.
Nuestra heredada expectativa de que el cuerpo se gastará con el tiempo, acompañada por hondas creencias de que estamos destinados a sufrir, envejecer y morir, crea el fenómeno biológico que denominamos envejecimiento _ Deepak Chopra
¿Qué es la artrosis?
La artrosis es un estado que puede acontecer en cualquier articulación móvil del cuerpo. Rodillas, caderas, manos, columna vertebral, hombros, etc, son subsidiarios de desarrollar artrosis. La manifestación física de la artrosis tiene que ver con unos cambios a nivel micro y macroscópicos. Estas modificaciones implican una evolución que justifica la apariencia diferente de la articulación con artrosis con respecto a la normal de origen.
Bien por un proceso sostenido en el tiempo, bien por un desencadenamiento precipitado tras lesión, la articulación pone en marcha unos mecanismos para intentar la autorreparación. De la integridad de ciertas estructuras y de la capacidad y calidad de la reparación autónoma mencionada dependerá la vida útil y funcional de dicha articulación.
A pesar de que lo que viene de serie y está nuevo es insustituible, y que reparar puede comportar modificaciones de urgencia que generen otros desequilibrios articulares, la artrosis es sólo una fotografía. Es decir, una articulación con artrosis vista en una radiografía es insuficiente o poco válida en sí misma para establecer un juicio diagnóstico.
¿Qué es la artrosis de rodilla?
La artrosis de rodilla es una condición articular multifactorial que puede caracterizarse por dolor articular persistente y discapacidad funcional. Esto ocasiona en la persona que lo padece dificultades para realizar las actividades básicas de su día a día: caminar, agacharse, subir escaleras, etc.
Desde un punto de vista más fisiológico, la artrosis es un desequilibrio entre la degradación (destrucción) y la síntesis (creación) del cartílago. Sin embargo, en última instancia, la artrosis afecta a todas las estructuras dentro de la articulación de la rodilla. Nos referimos al hueso subcondral (el que está tapizado por el cartílago), la membrana sinovial (sinovitis), los ligamentos, los meniscos, el tejido nervioso, etc.
¿Por qué se produce la artrosis de rodilla?
No existe una causa única de la artrosis y se desconoce la etiología exacta. Hay una serie de factores biológicos y mecánicos que culminan en el desarrollo de la artrosis.
Algunos de estos factores de riesgo son: edad avanzada, sexo femenino, exceso de peso corporal/obesidad, inactividad física, predisposición genética, lesión articular y/o cirugía previa, debilidad muscular, etc.
Síntomas y signos de la artrosis de rodilla
Dolor
El dolor es el síntoma más prevalente entre las personas con artrosis y es la razón por la que la mayoría de las personas buscan tratamiento. Este síntoma suele ser la principal puerta de acceso al más que conocido círculo vicioso.
El dolor conlleva a actitudes evitacionistas, es decir, que retira a la persona de cualquier tipo de actividad. La inactividad acostumbra a poner de manifiesto dos hechos: aumento de peso y debilidad muscular. Ambos contribuyen a empeorar los síntomas propios de la artrosis que impactarán en el estado de ánimo y en la calidad del sueño.
Llegados a este punto el círculo vicioso ya no para de girar en un sentido o en el otro. La calidad de vida y la participación social de dichas personas queda fuertemente afectada.
Rigidez articular
Es común que los primeros pasos después de un periodo de reposo como amanecer o caminar tras sedestación prolongada sean dificultosos. Esta rigidez, pérdida de calidad del movimiento, no suele durar más allá de los 30 minutos.
Pérdida de movilidad articular
La flexión (doblar) y/o la extensión (estirar) pueden estar limitadas. La pérdida en la cantidad, sumada a la pérdida en la calidad del movimiento, son factores contribuyentes en la limitación funcional de la persona con artrosis de rodilla.
¿Cómo se diagnostica la artrosis?
Las Guías Clínicas del Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y Atención abogan por que la artrosis se diagnostique clínicamente. Para ello tienen en cuenta la edad, sintomatología y las condiciones individuales de salud.
Cabe reiterar que el diagnóstico basado únicamente en la radiografía o en la resonancia magnética debe ser desechado. Las pruebas de imagen exclusivamente están pobremente relacionadas con el dolor, rigidez o discapacidad del paciente en muchos casos. Así, no son determinantes para elegir el mejor tratamiento.
Es decir, no hay una relación entre el dolor y el daño estructural como hemos mencionado en otras ocasiones. O dicho de otra manera, dos pacientes con pruebas de imagen similares (enfermedad estructural), uno puede no ver mermada su calidad de vida y el otro puede que experimente mucho dolor y gran discapacidad funcional.
Historia natural de la artrosis de rodilla
El pronóstico de la artrosis es muy variable. De hecho, un número significativo de personas no experimenta ninguna progresión e incluso pueden mejorar con el tiempo. Además, la imagen radiográfica no necesariamente tiene por qué mostrar peor aspecto.
Por otro lado existen sospechas pronósticas de empeoramiento del dolor y de la función en personas de avanzada edad. También en aquéllas que aumentan de peso corporal súbita o progresivamente. Las que padecen al tiempo varias patologías como presión arterial alta, diabetes, EPOC, enfermedad cardiovascular, etc. En personas con depresión. En ésas con síntomas bilaterales de rodilla, o con debilidad muscular, o con mayor dolor de rodilla al inicio,…
No obstante, resulta complicado establecer conclusiones respecto al curso del dolor y de la capacidad de funcionamiento físico en una rodilla con artrosis. Principalmente porque las conclusiones de los estudios resultan de procedimientos observacionales (1, 2).
Opciones de tratamiento para la artrosis de rodilla
Ejercicio y actividad física
Universalmente se recomienda ejercicio para todas las personas con artrosis de rodilla. Debe practicarse de forma regular 3-5 veces por semana, involucrando a los músculos adyacentes a la rodilla.
El ejercicio ayuda a reducir el dolor, incluso más que la medicación y sin efectos secundarios, aumenta la funcionalidad, el bienestar general y el estado de ánimo. Además, el ejercicio físico ayuda a controlar el peso corporal y a evitar o retrasar la necesidad de cirugía.
Hablar de ejercicio físico es hacerlo de una herramienta que ayuda a lubricar la rodilla a través del movimiento y del apoyo en carga. En contra de lo que solemos escuchar, correr, por ejemplo, favorece la nutrición del cartílago y no afecta negativamente ni al volumen ni al grosor del mismo. Así parece ocurrir también en las otras articulaciones de las extremidades inferiores. Pero tranquilo, si no puedes correr caminar también te aporta beneficios.
Pérdida de peso
En una persona con sobrepeso, una de las pautas que proporciona mayor beneficio es la pérdida de peso. A la par que logra reducir el dolor de rodilla y aumenta la función, aporta otros beneficios para la salud en general.
La pérdida de peso exige un cambio para bien en los hábitos alimenticios, en la actividad física y el ejercicio y en el patrón de sueño/descanso.
Medicamentos
Es común la utilización de analgésicos y antiinflamatorios aplicados sobre la piel (cremas) e ingeridos (pastillas) para buscar el alivio del dolor. Lo cierto es que el efecto que el paciente espera conseguir está alineado con lo que dicen hacer estos medios. Así, parece lógico el alivio que se logra a corto plazo, porque cabe resaltar que es sólo a corto plazo. En su última guía el Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y Atención del Reino Unido no recomienda el uso de paracetamol.
Conviene advertir también que el uso prolongado de analgésicos y antiinflamatorios orales puede tener efectos negativos en otras partes del organismo. El corazón, el riñón y el sistema digestivo son también dianas para estos medicamentos. En el caso de cremas de uso tópico puede ocurrir irritación local en la piel.
El riesgo de estos problemas depende de factores individuales y sobre todo del sobre uso o abuso, de ahí que deba ser el médico quien valore cada caso.
Inyección intraarticular
Esta intervención debe realizarla un médico. Las inyecciones más utilizadas para la artrosis de rodilla son las de corticoides y las de ácido hialurónico.
Actividades para afrontar el dolor
La respiración, la relajación y la atención plena o mindfulness son técnicas que pueden ayudar. Lo hacen al mejorar el estado anímico, al disminuir los sentimientos de depresión o ansiedad, al reducir el dolor y al aumentar la función.
Cirugía
La cirugía, concretamente la de prótesis, es la opción terapéutica que debe proponerse en última instancia a una persona con artrosis de rodilla. Anteriormente deberán agotarse los tratamientos conservadores y evaluar la condición individual de cada persona.
Al contrario del pensamiento popular, NO siempre es necesaria la cirugía en la artrosis de rodilla.
Papel de la fisioterapia en la artrosis de rodilla
La fisioterapia juega un papel muy importante en el tratamiento de la artrosis de rodilla. Nuestro planteamiento está enfocado en mejorar la calidad de vida de las personas mediante estrategias no farmacológicas y no quirúrgicas. El fin primero y último del programa de rehabilitación es reducir el dolor y mejorar la función física.
En fisioterapia podemos utilizar medidas analgésicas del dolor en primera instancia (TENS, diatermia, SIS…) sin dejar rastro de efectos secundarios en el organismo. Mediante terapia manual y movimiento ayudamos a mejorar la movilidad articular, aumentando la capacidad de movimiento y la sensación de alivio.
Pero también, como cualquier medida pasiva, necesitará estar secundada por un tratamiento activo basado en ejercicio y actividad física adecuada/adaptada a cada persona para ser efectiva.
Para el manejo óptimo de la artrosis de rodilla en clínica nos basamos en guías basadas en la evidencia en las que recomendaciones como:
- Educación, consejos e información, ejercicio y pérdida de peso (si corresponde) para TODOS los pacientes como tratamiento de primera línea.
- Estrategias farmacológicas (como analgesia y antiinflamatorios), terapias pasivas administradas por médicos, ayudas y dispositivos para ALGUNOS pacientes.
- Intervención quirúrgica para POCOS pacientes sólo si las estrategias conservadoras no han tenido éxito.
Conclusiones destacadas acerca de la artrosis de rodilla
El dolor proviene de las distintas estructuras que componen la articulación, no del desgaste del cartílago.
La artrosis NO siempre empeora con el tiempo.
El ejercicio y la actividad física deben ser la primera opción de tratamiento junto con otras estrategias conservadoras.
La cirugía de reemplazo articular (prótesis de rodilla) es la última opción terapéutica a proponer, aunque no siempre es necesaria.
«Mejora el entorno de tu rodilla y tu rodilla mejorará»_BeMOV Fisioterapia
Nota:
El contenido de esta entrada está basado principalmente en el curso: Ejercicio Fisioterapéutico y Actividad Física para Artrosis de Rodilla (Physiotherapy Exercise and Physical Activity for Knee Osteoarthritis – PEAK) de la Universidad de Melbourne
Belén Pardo Cadenas
Óscar Vivaracho Gutiérrez